No nos perdones madre tierra
por injuriar tu verdor
y quemar tus arbóreos pulmones
asfixiándote con nuestro paso
porque el hombre es un insaciable
por injuriar tu verdor
y quemar tus arbóreos pulmones
asfixiándote con nuestro paso
porque el hombre es un insaciable
No nos perdones por vaciar en tu mar
los desechos de nuestras vanidades
ni por escudriñar sus profundidades
buscando el veneno negro de los motores
la ambición es el estigma en nuestra frente
los desechos de nuestras vanidades
ni por escudriñar sus profundidades
buscando el veneno negro de los motores
la ambición es el estigma en nuestra frente
No nos perdones por extinguir especies
para colgarlas de nuestras paredes
sintiéndonos poderosos e invencibles
como si el valor se demostrara
con la muerte despiadada de inocentes
para colgarlas de nuestras paredes
sintiéndonos poderosos e invencibles
como si el valor se demostrara
con la muerte despiadada de inocentes
No nos perdones por opacar tus cielos
con nuestros humos tóxicos
ni por germinar tu bendita tierra
con semillas artificiales
para alimentarnos con ilusiones
con nuestros humos tóxicos
ni por germinar tu bendita tierra
con semillas artificiales
para alimentarnos con ilusiones
No nos perdones porque no sabemos detener
a los heraldos de la destrucción
haciendo del caos nuestra destreza
y por no escuchar cuando gimes
sacudiéndote bajo nuestras plantas
a los heraldos de la destrucción
haciendo del caos nuestra destreza
y por no escuchar cuando gimes
sacudiéndote bajo nuestras plantas
No nos perdones madre tierra
porque si sabemos lo que hacemos
cuando destruimos tus bondades
y cada día inventamos nuevas formas
de matarte, de matarnos despiadadamente
porque si sabemos lo que hacemos
cuando destruimos tus bondades
y cada día inventamos nuevas formas
de matarte, de matarnos despiadadamente
Madre tierra no perdones nuestra ceguera
por no llorarte en tu lenta agonía
por no dar rabia a esta nausea
por mirar de costado descostrando la culpa
por dejar tus venas derramadas
por no llorarte en tu lenta agonía
por no dar rabia a esta nausea
por mirar de costado descostrando la culpa
por dejar tus venas derramadas
Madre tierra, no nos perdones...
Paloma G. Castellanos, Autora
Derechos de autor reservados
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